Las presiones empresariales y el hecho de que Maduro sigue en el poder, serían motivos suficientes para que Joe Biden flexibilice las sanciones
Nicolás Maduro sigue en el poder, pese a que las sanciones de Estados Unidos contra su administración y varios de sus funcionarios y, principalmente, contra Pdvsa, llevan años de vigencia.
Expertos en materia de relaciones entre EE.UU. y Venezuela señalan que esas sanciones no desaparecerán. Pero sí serán flexibilizadas, debido a la presión de los empresarios de ambos países.
Los especialistas también señalan que las sanciones solamente han repercutido en la calidad de vida de los venezolanos. Esto porque Maduro, no solo sigue en el poder, sino que hace negocios con sus aliados chinos, rusos, turcos e iraníes.
El negocio petrolero
Las “medidas restrictivas”, como las llama el chavismo, afectan la economía venezolana y ya se aproximan a los cinco años de vigencia. Pero, desde el 2018 empujaron a la industria petrolera a reducir su producción a sus niveles mínimos en más de 70 años, recuerda el diario Tal Cual.
Con tanto tiempo de restricciones, las empresas estadounidenses que mantenían relaciones con Venezuela han recibido el impacto. Y esto pasa incluso aunque no tienen un nexo con el chavismo.
Sus negocios se han visto afectados y empiezan a presionar para un cambio en las políticas que se implementan desde la Casa Blanca para tratar con Venezuela.
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Los comerciantes
Así lo demuestra la Cámara de Comercio de Estados Unidos (USCC, por sus siglas en inglés). La institución solicitó una revisión de la política sancionatoria contra Venezuela. Lo hace bajo la justificación de que no han cumplido el objetivo planteado inicialmente de generar un cambio de Gobierno.
El vicepresidente de la USCC, Neil Harrington, argumentó que las transnacionales que operan en Venezuela han resultado perjudicadas por las políticas de Washington. Todo, al punto de que se han visto obligadas a retirar sus inversiones del país. Lo hacen especialmente en la industria petrolera, la más perjudicada por las medidas de Estados Unidos.
Este es el caso de las energéticas Total y Equinor, provenientes de Francia y Noruega, respectivamente. Ambas compañías decidieron transferir sus participaciones en el proyecto Petrocedeño a la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP).
El chavismo celebró con efusividad la adquisición del 100% de la participación accionaria del proyecto. «¿Por qué tan felices? Porque la pérdida de 1.400 millones de dólares de Total se convirtieron inmediatamente en ganancia para un Maduro con problemas de liquidez», argumentó Harrington.
Más allá del sector petrolero, las empresas de Estados Unidos y de sus países aliados en Venezuela han tenido que salir del país. Son compañías que abarcan los sectores automotor, agropecuario y financiero.
Esta situación repercute directamente en los venezolanos y sus familias, que se ven desprovistos de empresas que les ofrezcan empleo. Además ven cómo progresivamente se contrae aún más la producción del país.
Por estas razones, la USCC insta a la administración de Biden a reorientar la política de sanciones que ha provocado «innumerables consecuencias negativas indeseadas».
Contactos secretos
La administración de Biden ha sido cauta y pragmática en lo que a Venezuela respecta.
De acuerdo con el analista político y económico Tomás Socías López, la administración de Biden asoma que Estados Unidos no pronostica ningún hecho que interrumpa el gobierno chavista. Descarta cualquier escenario que implique una rebelión militar o una ruptura interna del chavismo.
En este sentido, ante la presión que han ejercido también empresas importantes en el país, el mandatario habría tomado la decisión de retomar las conversaciones con Maduro. Lo haría para intentar apuntar hacia una normalización, pero de manera discreta.
Socías López afirma que en los últimos meses se produjo una reunión con enviados especiales, tanto de Biden como de Maduro, en México. En este intercambio, Estados Unidos habría dejado clara su postura de flexibilizar progresivamente las sanciones.
Todo, a cambio de mayores libertades políticas y económicas en Venezuela. Semanas después, se confirmaría la mesa de diálogo entre chavismo y oposición en suelo mexicano que se extiende hasta la actualidad.
«Biden dice que quiere más libertades políticas y económicas en Venezuela. Quisiera abrir una embajada o tener algún tipo de representación sin condiciones inflexibles. Los acuerdos no son para mañana y las conversaciones van a continuar por meses», aseveró.
El cambio de EE.UU.
Socías López afirma que, en conversaciones con funcionarios de la administración de Biden, le asomaron el cambio de postura frente al chavismo
A pesar de la postura más flexible de Estados Unidos, las presiones se mantendrán, tanto en la economía, como mediante el apoyo –aunque reducido– a Juan Guaidó.
Con una política de «ahorcar, pero no asfixiar», Washington espera también disminuir la dependencia que el chavismo empieza a desarrollar hacia sus aliados geopolíticos, todos rivales del gigante norteamericano.
«Uno de los focos de la revisión tiene que ver con evitar que Venezuela se mantenga en las manos de potencias rivales de Estados Unidos. Es un país petrolero con una economía potencialmente fuerte muy cerca de Estados Unidos. Es importante impedir que se abrace al comercio internacional con las potencias no aliadas», apuntó Socías López.
Aunque Biden pretende flexibilizar las medidas contra estos dos sectores, el panorama político estadounidense podría complicar las decisiones en este contexto.
Socías López destaca que las prohibiciones contra la adquisición de diésel por parte de Pdvsa se mantienen porque el Partido Republicano está en contra de otorgar una licencia y Biden quiere evitar conflictos con esta coalición para sortear cualquier confrontación con el Senado.
Sin embargo, se espera que entre finales de 2021 e inicios de 2022 esta política se someta a algún cambio. Algo similar ocurre con el sector financiero, cuya reactivación es esperada por empresas venezolanas y estadounidenses, pero reduciría el aislamiento con el que Washington intentó someter al chavismo.