La crisis económica que azota al país afecta tanto a empresarios como a los ciudadanos.
Pero, en la zona fronteriza, entre Venezuela y Colombia, esa crisis tiene un ingrediente muy peligro y controversial.
Y es que los grupos armados irregulares tienen más capacidad para “captar trabajadores” que los empresarios locales.
Así lo ha denunciado la Cámara de Comercio de la zona de Ureña, estado Táchira, cuyos integrantes se quejan porque la mano de obra que ellos no pueden pagar se está yendo hacia la ilegalidad.
Al parecer, los irregulares les pagan hasta el doble de lo que ganan en la economía formal.
“La necesidad lleva a que las personas puedan resolver, esos grupos les pueden pagar hasta 500 mil pesos semanales, por cometer cualquier delito en la frontera”, alertó Gregorio Benavides, vicepresidente del gremio.
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