El asesinato reciente del niño de 5 años de edad, Osleiner Díaz, reveló un caso muy lamentable. Pocas veces visto en los últimos años y revelador de una auténtica tragedia inmerecida para alguien quien apenas comenzaba a vivir.
El pequeño no solo fue salvajemente golpeado por su papá, tal como lo refleja el resultado de la autopsia médico legal, el cual arrojó “traumatismo torácico severo”, sino que venía enfrentando maltrato psicológico y encierro durante los últimos meses, tal como lo aseguraron sus familiares.
Pero, el cuadro trágico no termina allí. La mamá del niño enfrenta un cáncer terminal y hasta hace algunas horas, desconocía la noticia y las dimensiones de la tragedia que venía enfrentando su hijo, durante la convivencia con su futuro verdugo.
La sorpresa y la indignación reinan todavía, no solo entre familiares del niño, sino entre los habitantes del Parque Caíza, urbanización ubicada entre Guarenas y Caracas, donde fue localizado su cadáver. La coartada del asesino fue tan débil que la echaron por tierra, tanto familiares como testigos de sus primeras confesiones, llenas de múltiples contradicciones. Hasta que la autopsia arrojó la verdad verdadera e irrefutable.
La tragedia de Osleiner continuó hasta horas después de su muerte, porque hubo que buscar urgentemente una cantidad de dólares para poder enterrarlo en el cementerio El Cercado, debido a otras complicaciones que no vienen al caso explicar.
Imputación previsible
No se necesitan grandes conocimientos jurídicos para suponer que contra el autor del abominable crimen, habrá una imputación por el delito de homicidio intencional con alevosía , maltrato psicológico continuado y otros que deben arrojar las investigaciones del caso.
Se trata de un filicidio con características muy particulares para definirlo como uno de los más trágicos y lamentables de los últimos meses en el Área Metropolitana de Caracas…