domingo, mayo 19, 2024
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Andrés Villota Gómez
Andrés Villota Gómez
@AndresVillotaGo

Joe Biden, unplugged
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Los estrategas de la campaña presidencial de Joe Biden, están tratando de cautivar al voto latino en los Estados que resultaron determinantes en las pasadas elecciones del año 2016.

Tienen la difícil tarea de convencer a la comunidad latina para que vote por el candidato del mismo partido de Barack Obama, el presidente que más ha deportado latinos en toda la historia de los Estados Unidos.

Tal vez por eso han apelado a la estrategia de ubicarse en los lugares comunes de los que se apropiaron los neo marxistas: la paz, la anticorrupción, el anti racismo o la protección de los migrantes ilegales.

Avasallados por los innumerables fracasos del modelo comunista y por el lastre inocultable de toda la barbarie de dictadores comunistas sanguinarios como Stalin, Mao, Pol Pot, Fidel Castro o Nicolás Maduro.

Por eso el Partido Demócrata tiene la doble labor de convencer al electorado que ellos no son de los mismos y que ellos son diferentes, pero sin que eso signifique perder los votos de los marxistas radicales liderados por Bernie Sanders y la candidata a la vice presidencia, Kamala Harris.

“El Partido Demócrata tiene la doble labor de convencer al electorado que ellos no son de los mismos y que ellos son diferentes, pero sin que eso signifique perder los votos de los marxistas radicales”

En ese doble juego, los asesores de Biden insisten en utilizar a latinos como Gustavo Petro para hablarle a los votantes de origen colombiano que huyeron de Colombia, precisamente, para evitar que terroristas como Gustavo Petro les destruyera su casa con un artefacto explosivo, los secuestrara o los extorsionara cuando hacía parte del grupo terrorista M-19. E incluso, le recomendaron a Biden, hablar de la necesidad de mantener al dictador Nicolás Maduro en el poder por tiempo indefinido.

La campaña demócrata trata, también, de conseguir el apoyo de las mujeres latinas usando la imagen de la progresista Alexandria Ocasio-Cortez quien representa la antítesis de lo que es la mujer latina trabajadora que emigró a los Estados Unidos, en la mayoría de los casos, huyendo del super estalinismo que Ocasio-Cortez promueve, impulsa y defiende.

La mujer latina por su formación y sus valores no está de acuerdo con el aborto y, por decirlo, es víctima de las feministas demócratas que las persiguen y las atacan por pronunciarse a favor de la vida.

Todo eso ocurre mientras en Estados Unidos y en el mundo, hay una desbandada de millones de personas que se consideraban protegidas de los insultos, de las descalificaciones, de la censura y de la agresividad de los fundamentalistas de Izquierda, por declararse de “centro”.

A la que se le unieron los militantes de todos esos grupos que se autodenominaban de “centro izquierda” porque se dieron cuenta que, el “centro”, jamás existió. Por sus posiciones radicales, totalitarias, anti libertad de expresión, anti libertad de conciencia, por su violencia, intolerancia y agresividad contra todos aquellos que no pensaran igual a ellos, mostraron que su proyecto político era de la Izquierda más radical. Jamás de “centro”

Millones de personas se unen a movimientos como el de Candace Owens, el “Blexit” (Blacks Leave…), invitando a los afroestadounidenses a quitarle su apoyo al Partido Demócrata para marcar distancia con los grupos de marxistas fundamentalistas que Joe Biden y Kamala Harris, apoyan y promueven.

Grupos como Black Lives Matter que se transformó en unos gansters del siglo pasado, extorsionando a tenderos pertenecientes a la clase media trabajadora conformada en su mayoría por inmigrantes asiáticos y latinos. La incoherencia de los anti racistas, atacando a minorías étnicas.

Brandon Straka creó Walk Away Campaign. Un grupo que, también, invita a dejar el Partido Demócrata. Hace pocos días tuvieron una masiva manifestación en Beverly Hills, impensable hace unos meses por ser California uno de los bastiones demócratas más importantes.

Grupos crecientes de jóvenes afro, homosexuales e inmigrantes que se cansaron de las amenazas y del “matoneo” proveniente de los supremacistas de la Izquierda radical, por no compartir sus ideas marxistas. Los estigmatizan por pensar diferente y los acusan de promover el discurso de odio, ser racistas o de ser “extremistas” de derecha.

La estantería del discurso del Partido Demócrata, se cae. Ya no pueden seguir “culpando” de homofobia, racismo o xenofobia a los Republicanos.

Como si todo lo anterior fuera poco, los comunicadores sociales progresistas, por su falta de objetividad (que raya en el fanatismo) han colaborado para llevar a la sociedad al límite del hastío. Negando los hechos, ocultándolos, o simplemente mal informando, editando videos o mostrando la realidad de una manera distorsionada.

Ha llegado a tal nivel el fundamentalismo de los periodistas que el New York Times propuso, entre líneas, destruir el Monte Rushmore. Eso es cómo si Le Monde insinuara la demolición de la Torre Eiffel​. O Al-Ahram propusiera derrumbar la Pirámide de Keops.

La percepción de la sociedad sobre los periodistas afines a los demócratas, pasó de considerarlos periodistas poco profesionales y objetivos a verlos como periodistas trastornados.

“La percepción de la sociedad sobre los periodistas afines a los demócratas, pasó de considerarlos periodistas poco profesionales y objetivos a verlos como periodistas trastornados”

Ya es muy tarde para enmendar todos los errores de la campaña demócrata en busca del voto latino. La desconexión de los demócratas con la realidad de la comunidad latina en los Estados Unidos, es total. Pero es claro el afán del comunismo latinoamericano para que la dupla Biden-Harris llegue a la Casa Blanca.

La dictadura cubana y la venezolana, en la quiebra, necesitan del dinero de los contribuyentes estadounidenses y el levantamiento de las sanciones que, solo los demócratas le pueden ofrecer. Le daría aire y frenaría la debacle de los movimientos comunistas en la región. Y se implantaría el marxismo en la cuna del capitalismo, el sueño dorado de los comunistas. Por algo el presidente de Colombia en el 2016 dijo que, lo que más le convenía al Acuerdo de Paz con las FARC, era que Donald Trump perdiera.

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